Los alumnos con discapacidad visual logran integrarse al aula y realizar casi todas las actividades junto con el resto de sus compañeros, siempre y cuando se le ofrezcan apoyos específicos.
Los apoyos abarcan materiales particulares, intervención, personas y estrategias metodológicas, que el docente ofrece a los alumnos con discapacidad visual para que alcancen los objetivos propuestos en el grupo en el que se encuentran integrados.
Mencionado apoyos varían acorde al tipo de discapacidad visual (ceguera o baja visión) y el grado de visión del alumno (si ve sombras, luces, sólo por una parte de su campo visual). Incluyen el sistema Braille para aprender a leer y escribir o la escritura de letras comunes pero más grandes o con marcadores más gruesos.
Los alumnos con esta particularidad, suelen ser más calmos ya que tienden a sentirse inseguros al caminar o desplazarse de un lugar a otro. Para poder reducir esta inseguridad se debe motivar tanto desde la familia como desde la escuela a realizar todas las actividades y asumir las mismas responsabilidades que sus demás compañeros.
Pero no sólo basta la motivación sino que es importante adecuar los espacios para que sean seguros, y hacer un trabajo previo con el alumno para que reconozca el área y el espacio donde se moverá. Hay que ofrecerle algunas referencias táctiles y visuales que le ayuden a orientarse en los espacios.
De este modo, se logra una verdadera educación inclusiva.
Fuente: http://www.conafe.gob.mx/mportal7/EducacionInicial/discapacidad-visual.pdf